¿QUÉ HACER CUANDO DESCUBRES QUE ESTÁS EN UNA RELACIÓN DE MALTRATO?
Reconocer que algo no va bien en tu relación es un acto de valentía.
Muchas personas que viven una relación de abuso tardan meses o incluso años en ponerle nombre a lo que les ocurre. No es casualidad: el abuso emocional es sutil, confunde, genera culpa y erosiona la autoestima poco a poco. Como explica la experta Marina Marroquí: “si fuera evidente desde el principio, nadie entraría en una relación así”.
En nuestra última publicación de Instagram compartimos
señales tempranas de abuso psicológico que solemos normalizar. Si al leerla te ha removido, has sentido dudas, inquietud o un reconocimiento doloroso, esta guía es para ti.
Aquí encontrarás
pasos concretos que pueden ayudarte si sospechas, o ya sabes, que estás en una relación de abuso psicológico.
1. Darse cuenta de la realidad: empezar a mirar sin filtros
La negación es un mecanismo de defensa natural. Minimizar lo que ocurre, justificar a la pareja o culparse es muy común. (“Seguro que he exagerado”, “Si no hubiera dicho nada, no habría reaccionado así”, “Yo he hecho que se ponga así, la próxima vez tendré más cuidado”)
Pero para protegerte, necesitas
recuperar la claridad:
Una herramienta muy útil es llevar un registro privado:
Anota qué ocurrió, qué dijo tu pareja, cómo te sentiste y qué consecuencias tuvo para ti.
Puedes escribir en tercera persona para tomar distancia emocional. Guarda este registro en un lugar seguro al que tu pareja no tenga acceso: tu trabajo, un correo secreto, una libreta fuera de casa…
Este ejercicio te permite ver patrones que, día a día, pasan desapercibidos. Ayuda a desmontar la niebla mental que genera el maltrato y te devuelve perspectiva
2.Preguntarte por tu pareja ideal: confrontar la realidad con tus valores
La confusión emocional suele impedir ver lo esencial:
¿Esta relación se parece a la que tú deseas y mereces?
Respóndete con honestidad:
¿Cómo sería una pareja que te tratara con amor, respeto y calma?
¿Qué cambios necesitaría hacer tu pareja actual?
¿Ha prometido cambiar? ¿Desde cuándo?
¿Qué hechos reales avalan ese cambio? ¿O solo han sido palabras vacías?
Estas preguntas te ayudan a contrastar lo que sientes con lo que ocurre
realmente. Ponen luz donde el maltrato pone dudas.
3. Contacto cero: romper el vínculo traumático
En relaciones de abuso se genera un
vínculo traumático, alimentado por el refuerzo intermitente: momentos de cariño o bombas de amor, seguidos de agresiones o indiferencia. Esta montaña rusa emocional engancha tanto como una adicción.
El contacto cero, no llamadas, no mensajes, no redes sociales, no encuentros, es una de las formas más eficaces de desactivar ese ciclo. Es normal que al principio sientas ansiedad, nostalgia o incluso síntomas físicos debido a la caída brusca de hormonas como la dopamina o la adrenalina.
Pero con el paso de las semanas, recuperas claridad, descanso, estabilidad y capacidad de decisión. Si el contacto cero no es posible por convivencia, trámites o hijos/as, puedes aplicar contacto mínimo y funcional: comunicación estrictamente necesaria y siempre por escrito, breve y neutral.
Importante: si existe riesgo físico, busca asesoramiento profesional para planificar la salida con seguridad.
4. Construye tu “salvavidas”: una red de vida fuera de la relación
Las relaciones tóxicas consumen casi toda la energía emocional y mental. Por eso es fundamental invertir parte de tu tiempo en algo que te devuelva identidad y sentido.
Busca una actividad o proyecto que te guste de verdad, que sea solo tuyo, que no tenga relación con tu pareja y, si puede ser, que sea a medio o largo plazo.
Puede ser bailar, retomar estudios, escribir, hacer deporte, emprender, aprender algo que siempre pospusiste…
Este “salvavidas” te recuerda quién eres más allá de la relación y te llena de la fuerza que el maltrato intenta quitarte.
5. Conecta con tus emociones: vuelve a escucharte
El abuso desconecta a la víctima de su brújula emocional. Para sobrevivir, se aprende a apagar lo que duele.
Escribir un diario emocional te ayuda a recuperar esa conexión:
¿Qué estás sintiendo hoy?
¿Qué ocurre en tu cuerpo?
¿Qué necesitas?
¿Qué límites se han vulnerado?
A medida que vuelves a escucharte, recuperas intuición, autocuidado y claridad para decidir
6. Busca apoyo: no lo enfrentes en soledad
El aislamiento es una de las herramientas más comunes del agresor. Recuperar tus amistades, hablar con personas de confianza y permitirte pedir ayuda puede marcar la diferencia.
Tu entorno puede:
- recordarte quién eres
- ayudarte a ver lo que tú no estás pudiendo ver
- acompañarte en los momentos críticos
- sostenerte si decides dejar la relación
Y, por supuesto,
buscar apoyo profesional
es un paso esencial. Un/a psicólogo/a especialista te brindará un espacio seguro para entender lo que estás viviendo, fortalecer tu autoestima y trazar un plan de acción adaptado a tu situación.
No es tu culpa. Y no estás solo/a.
Reconocer el maltrato no significa debilidad, sino coraje.
Nadie merece una relación donde el miedo, la culpa o el control sean parte del día a día.
Si leyendo este artículo te has visto reflejada, estamos aquí para acompañarte.
Puedes contactarnos para iniciar un proceso terapéutico seguro y respetuoso.
